No todos los cuerpos son iguales. Es algo que repetimos mucho los nutricionistas y, sin embargo, el mensaje que cala sigue siendo otro. El “amimefuncionismo”. Esa aproximación que defiende que cualquier cosa hecha por alguien que ha bajado de peso le va a funcionar al siguiente. Veamos algo más de este fenómeno antes de pasar a ver tipos de cuerpos, para ilustrarnos.
De paciente a motivador
Es común que aquellos que defienden su método a capa y espada proclamen la validez de su método con una sola prueba. ¿Sabéis cuál? En efecto, ellos mismos con sus cuerpos. No me malentendáis, no hay ningún problema en estar orgulloso de un cambio que has sufrido para bien a nivel de composición corporal. Pero otra cosa muy distinta es generar falsa información en base a un supuesto caso de éxito individual.
En base a este cambio físico estos emprendedores se vienen arriba y ahí es cuando se transforman en asesores, coaches o motivadores. A cambio de un dinero, claro, pero sin dar esta información así de primeras para que Hacienda, Sanidad, Educación o quienquiera que deba estar implicado en materia reguladora. Hablando de educación, rara vez tienen algún título oficial para elaborar dietas (técnico superior en dietética o dietista-nutricionista).
Y entonces aparecen sus métodos para conseguir ese supuesto cambio (que igual nunca ha tenido lugar). Le ponen nombres y apellidos, unos cuantos suplementos, unas cuantas promesas fisiológicamente imposibles de conseguir en poco tiempo y te echan la culpa si no alcanzas a estar como ellos. Porque su método es infalible, no puedes dudar de él.
Método que incluye dietas como ideales que, por cierto, acostumbran a ser extremas en alguna cosa o simplifican y reducen al absurdo lo que sabemos de nutrición y composición corporal. Por ejemplo se ven dietas bajas en carbohidratos (lowcarb, cetogénica), bajas en grasas (lowfat), sin ultraprocesados (realfood), a base de zumos detox, a base de carne (carnívora) o denostando un alimento o grupo de alimentos sin fundamento claro (paleo). Por ejemplo.
Las grietas en los métodos
Os voy a dar diez claves rápidas para saber distinguir los principales fallos en estos planteamientos:
- Los carbohidratos o la grasa en la dieta no son el problema. Se puede obtener exceso calórico de ambos y ganar peso. Cómo los gestiones en tu día a día es clave, si se adaptan a ti o no. No lo es su presencia o ausencia en tu plato.
- Bajar los carbohidratos al límite hace perder algo más de peso porque se pierde mayormente agua. Y bajar mucho la grasa tiene como consecuencia posibles problemas hormonales, como amenorrea o baja testosterona. EQUILIBRIO.
- La insulina no solo se secreta comiendo carbohidratos. También con grasa y proteína (de hecho en base a los últimos estudios es la proteína la que tiene una acción secretora más potente). Y no es la causante de la obesidad.
- COMES ALIMENTOS, no nutrientes aislados. Los macarrones además de carbohidratos también tienen proteína o grasa (aunque poca). O los cacahuetes carbohidratos y no solo grasa… Separarlos por macros es un error.
- Si comes ultraprocesados en momentos puntuales no vas a empeorar tu salud ni te vas a morir. También se puede engordar con comida real si te excedes a nivel calórico, es un balance semanal más que diario y hay que ver la TENDENCIA.
- No por tomar más proteína conseguirás mejores resultados. Si no se acompaña de deporte la absorción muscular disminuye y el exceso proteico sale del cuerpo por heces u orina. Y, como todo, son alimentos que contribuyen al balance calórico. Sí, puedes engordar comiendo proteína.
- Sin una buena base de alimentación y ejercicio físico todo suplemento no cumplirá su función (y hay que tener la debida formación para pautarlos y que no pase como con la reciente alarma de la AESAN por el fallecimiento de una mujer por toma de un suplemento)
- La capacidad de muscular es inherente a cada persona. Va en tus genes. No puedes ser otra persona. Ídem para la capacidad de pérdida de grasa u oxidación de carbohidratos. Es una materia compleja que no se arregla con proporciones de macros y volúmenes de entrenamiento.
- Estos programas no persiguen la autoaceptación ni enseñan a comer saludablemente. Sólo se centran en números. Podrías cuadrar esos números comiendo donuts y tendría otras consecuencias más allá del peso (cardiovasculares, intolerancia a la glucosa, hepáticas…)
- La ciencia evalúa muchos casos para llegar a una conclusión sobre cualquier método dietético. Con sus pros y sus contras. Cualquier caso individual (como el de cualquier influencer) además de no servir para evaluar eficacia o seguridad de un planteamiento dietético no se puede tener en cuenta para la población por simple fuerza estadística.
¿Hacer o no hacer dieta? Esa es la cuestión.
No estoy en contra de generar un plan dietético para conseguir un objetivo (consensuado) si se hace con garantías, con el tiempo suficiente y lo plantea un titulado oficial en dietética y nutrición. Porque a veces se nos olvida que una mala nutrición puede traer problemas independientes del peso, como he mencionado.
Pero es cierto que un plan más abierto, que enseñe el valor de la alimentación, que cree buenos hábitos… tiene más garantías de éxito ya no solo para mantener un peso saludable sino para salvaguardar la salud. Ahora que estamos en tiempos de coronavirus y queremos potenciar el sistema inmune deberíamos darnos cuenta que diez años de excesos no se van a solucionar en diez días.
Es importante entender que no todo depende de la alimentación. Importan tanto el ejercicio físico y el autocuidado, tanto físico como mental, que hagamos de nosotros mismos. La salud mental es la gran olvidada en esta sociedad, la que generará graves problemas en el futuro y que además está íntimamente ligada al propio metabolismo o a trastornos como el intestino irritable.
Quizás llegues a tu objetivo o no. Tarde o temprano. Pero en cualquier caso busca que sea un objetivo saludable y no desesperes, sé perseverante.
La falacia del cuerpo perfecto
No existe un cuerpo perfecto. Hay muchas formas de cuerpos distintas, lo que pasa es que no las ves porque la gente lleva capas de ropa encima a todas horas. ¡Y todos están bien!
Nuestros principales críticos somos nosotros y muchas veces no hay motivos de salud detrás de estas críticas internas. Queremos gustar, pero nos olvidamos que somos más que trozos de carne.
Hace poco leía a un nutricionista comentar en redes que el que quiera luchar por su físico que adelante. Que si hacer dieta y controlar los macros era un objetivo que lo hiciera. Que se motivara con gente con el físico que querría para él. Estoy de acuerdo con la parte de mejorar físicamente SI ES CON SALUD Y SE ACEPTAN LOS LÍMITES PERSONALES. Pero no con la de compararse con nadie, porque crea unas expectativas que pueden no ser reales.
Y ya que tanto se habla de estrés últimamente, sabed que este tipo de cosas pueden generar estrés y sufrimiento. Y es muy fácil que todo se salga de control y generemos un problema serio.
Para concluir, existen campañas para visibilizar la diversidad de cuerpos como algo positivo y que no hay que esconder que me parecen geniales, como la de Dove.
También lo ha habido a nivel de deporte en deportistas de alto nivel. Fotografiados para el book “Athletes” de Howard Schatz y Beverly Ornstein, estos aparecían desnudos. Algunos con más grasa o masa muscular que otros, caderas más o menos anchas… pero sobre todo sanos (salvando algún deporte que por sus peculiaridades pudiese suponer algún problema para la salud como podría ser el sumo, que da debate para otro post).
Rendimiento no va ligado a una estética ideal. Y lo traigo a colación para que se entienda que la diversidad de cuerpos es buena.
Seguramente existan cuerpos que no te atraigan físicamente, pero otros sí. ¿Y si al de al lado no le gusta ese cuerpo que a ti te gusta pero sí el otro que tú descartaste?. ¿Y qué pasaría si todos fuésemos iguales unos a otros?. Os dejo con las fotos para que juzguéis vosotros mismos.
A veces lo que nos hace imperfectos es nuestra búsqueda de la perfección.
Si quieres mejorar tu alimentación y tu salud pide cita siempre con un profesional. Puedes ver mi agenda y reservar una consulta conmigo clicando en el siguiente enlace:
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