La psiconeuroinmunología nos ha abordado los últimos tiempos, aplicada a la nutrición, con promesas sobre la mejora de situaciones como los problemas digestivos o la inflamación pero, ¿qué es realmente?,¿actúa con base en la ciencia?, ¿es correcto aplicarlo a nivel nutricional?, ¿hay lucro éticamente reprochable?. Te lo contamos en este artículo.
Los inicios de la psiconeuroinmunología
A principios de la década de los 70 del psicólogo Robert Ader y el inmunólogo Nicholas Cohen realizaron un experimento en el que le dieron dos tipos de soluciones a unas ratas para ver como veía afectado el sistema inmune. La primera solución estaba constituida por un inmunosupresor y sacarina; la segunda solo por sacarina . Al suprimir el inmunosupresor y darles a las ratas solo la solución dulce se observó que los animales mostraban igualmente los síntomas e incluso llegaban a morir. La magnitud y la respuesta esta directamente relacionada con el volumen de la solución. El resultado de esta investigación mostraba una posible conexión entre el sistema inmune y la respuesta psicológica.
Después de esta investigación el psicólogo y el inmunólogo formaron la Psychoneuroinmunology Research Society con el objetivo de estudiar las interacciones comportamentales, neuronales y endocrinas con el sistema inmune. Es un campo interdisciplinario en el cual la nutrición no está específicamente señalada. La investigación es básicamente fisiológica cuyos resultados en animales y células no son extrapolables a la práctica clínica en la mayor parte los casos.
La investigación es básicamente fisiológica cuyos resultados en animales y células no son extrapolables a la práctica clínica en la mayor parte los casos.
Esto mismo lo afirmó el dietista-nutricionista Eduard Baladia en la jornada del codinucat sobre riesgos y peligros de los tratamientos sin base científica en 2017, añadiendo que la PNI no plantea terapias alternativas de eficacia probada por las autoridades sanitarias.
Además en la misma jornada el endocrinólogo Andreu Nubiola comentaba que a pesar de que la PNI forma parte de un ámbito interdisciplinario, no es una especialidad médica.
Por tanto, queremos añadir que no es formación oficial de postgrado ni master, ni habilita para ejercer ninguna profesión.
Intereses económicos
Es precisamente desde ciertos intereses económicos por parte de individuos y empresas (que normalmente son ajenos a la profesión de DN) nacidos de la preocupación y desesperación de las personas en base a su sintomatología (digestiva, neurológica, fertilidad…) que se utiliza la PNI para hacer una campaña pseudocientífica con terapias dietéticas no probadas y planteando dietas milagro, provocando males adicionales a los que la siguen y aumentando el gasto a nivel sanitario.
La PNI, nacida de esta entidades se sale del marco científico de investigación oficial, para abrir un nicho de mercado entorno a la nutrición y recurriendo en la práctica clínica al amimefuncionismo (término para afirmar un hecho en pocas personas y sin acreditación científica) sacado directamente de sus centros. Esto es importante ya que:
- No se puede contrastar lo que no está publicado y debidamente controlado y aleatorizado (¨esto es así porque yo lo digo así¨)
- Los pacientes se sugestiona a un tratamiento super hincado de expectativas que esperan que funcione (efecto placebo).
En materia digestiva sabemos que el estrés puede desencadenar síntomas digestivos. Por tanto, si a mi me genera tranquilidad estas expectativas con el tratamiento y me reduce el estrés haya cosas que puedan mejorar pero no por el tratamiento en sí. La manera de corroborar esto sería haciendo estudios científicos al respecto (bien diseñados) y publicándolos. Pero eso implicaría asumir un posible resultado contrario a estas expectativas. Otros campos donde suele suceder esto son por ejemplo las disciplinas pseudocientíficas de la osteopatía y acupuntura.
La desinformación puede desembocar en no acudir con rapidez al tratamiento oficial con mayor evidencia y poner en serio riesgo la salud
Riesgos de la psiconeuroinmunología aplicada a la nutrición
Cuando la PNI es aplicada por estas entidades al campo de la nutrición se usan protocolos restrictivos como:
- Eliminación de alimentos y demonización. Como es el caso del gluten y las legumbres tachadas de causar problemas de salud o incluso de tener un efecto tóxico en humanos.
- Instauración de ayunos intermitentes y pocas ingestas al día para supuestamente mejorar la digestión y rendimiento deportivo.
- Recomendación del uso de suplementos sin evidencia.
- Uso de medicina natural en patologías en respuesta a una desconfianza a la medicina tradicional
Sobra decir que ninguno de estos aspectos esta demostrado y que incluso pueden poner en riesgo la salud de las personas debido a:
- Un mayor riesgo de TCA (trastorno de la conducta alimentaria).
- Déficits nutricionales.
- Una ingesta de suplementos por encima de lo recomendado (o sin estar justificado por una analítica) que pueden resultar tóxicos.
- Desinformación, que puede desembocar en no acudir con rapidez al tratamiento oficial con mayor evidencia (es decir ir al médico)
- Problemas digestivos (por ingesta de magnesio y déficits de fibra)…
Muchos de los postulados de esta PNI moderna se pueden atajar rápidamente como por ejemplo, cuando alarman sobre la presencia de antinutrientes en alimentos sin tener en cuenta que se inactivan con simples cocciones o que en el balance inflamatorio la nutrición es un factor más bien pequeño frente al ejercicio o el descanso.
Si quieres saber más sobre la PNI te recomendamos leer la posición del colegio de dietistas-nutricionistas de Cataluña sobre las terapias nutricionales relacionadas con mecanismos de acción investigados por la psiconeuroinmunología.