En un mundo donde la farmacología y los comprimidos vitamino-minerales parece que han tomado la vida diaria de las personas, es crucial reivindicar el arte de comer sano a la vez que variada y equilibradamente. Dejamos todo para el último momento, seguimos dietas de las cuales conocemos sus riesgos cuyos preceptos a veces son a cada cual más absurdos… y aún así no hemos terminado de cambiar nuestra dinámica. El eterno discurso de la comida sana, de las 5 comidas… nos parece aburrido e inoperante. Pero aburrido o no es la mejor forma de conseguir un peso adecuado y tener un mayor bienestar físico y emocional. Me explico.
Cuando decidimos restringir la dieta a un solo grupo de alimentos probablemente estemos cayendo en una carencia o exceso de vitaminas según se trate el caso. Así, si por ejemplo tratamos de seguir una dieta a base de zumos de verdura, probablemente nos faltarán vitaminas liposolubles (excepto la E, presente en vegetales) y la vitamina B12 o cianocobalamina (de acción vital en la producción de glóbulos rojos), presente en carne, leche o huevos por ejemplo así como un déficit de zinc. Por otro lado tendremos un exceso de otras vitaminas hidrosolubles con facilidad como la niacina o B3 que produce alteraciones dermatológicas en primeras fases y puede llegar a afectar tóxicamente al hígado. Es entonces cuando recurrimos a los preparados vitamínicos y minerales en busca de una solución, pero sin la recomendación específica del profesional adecuado no se debería hacer puesto que podemos aumentar indiscriminadamente las cantidades de las vitaminas que ya estaban en niveles elevados y sufrir aún más los efectos adversos. Ahora bien, si aportamos variedad en las comidas reducimos la probabilidad de excedernos o quedarnos cortos hablando de cantidades y las interacciones entre los propios nutrientes de los alimentos, como acomplejamientos de proteínas y vitaminas, el favorecimiento de la absorción del hierro por la vitamina C o la fibra mismo evitarán que tengamos problemas, además de aportar muestras de todos los tipos de vitaminas y minerales posibles y que hacen que podamos funcionar adecuadamente en el día a día. Podemos pensar que las dietas son temporales y poco daño pueden hacer, pero un mes de dieta da para mucho y los daños pueden ser difíciles de revertir sobre todo a nivel de vitaminas liposolubles y algunos minerales, cuyo depósito en el organismo debe estar muy bien regulado al poder alcanzar el umbral tóxico muy fácilmente. Por supuesto no he incluído otra serie de problemas como deshidrataciones asociadas o problemas intestinales propios (y esto es lo más «light» que experimentaríais) de estas dietas anómalas.
n el caso de los deportistas los valores recomendados están aumentados, permitiéndose niveles más elevados de vitaminas y minerales, sin embargo no existen niveles fijados que se consideren seguros y suele considerarse como el doble de las recomendaciones para una persona normal.
Por último, recordar que las 5 comidas son esenciales para regular la sensación de hambre a lo largo del día y poder hacer frente a esfuerzos que puedan surgir en determinados momentos del día fruto de un entrenamiento pautado o una situación extraordinaria, como una mudanza por ejemplo. Y recuerda también consultar con tu dietista-nutricionista más cercano sobre cualquier plan dietético que te plantees llevar a cabo o si quieres aprender sobre cómo cambiar tus hábitos de vida a unos más saludables.
Os dejo un enlace seguro si queréis saber más acerca de las funciones de cada vitamina o sus fuentes alimenticias, así como en materia de minerales.
«Vitamin Packaging» by Colin Dunn is licensed under CC BY 2.0.